Si creías que ser hijo de Carlos Salinas era motivo de vergüenza

Con el ritmo de un robot sin aceite, en un baile "mexicano"

Uno pensaría que ser hijo de uno de los rateros más señalados de este país era suficiente para querer mantener un perfil bajo y no llamar la atención, a fin de cuentas tienes todo el varo  del mundo (que tu papá le atracó a la nación) y no te falta nada, tienes la vida resuelta probablemente hasta para vivirla con lujos y excesos.

Pero para estos weyes nunca es suficiente, quieren más protagonismo, formar parte de algo “más grande” y destacar, llamar la atención y ser “alguien” tal vez alguno que otro hasta quiera “dejar huella”.

Esto fue lo que le pasó a Emiliano Salinas, hijo del tristemente célebre calvo de mierda que dejó a México sumido en una crisis allá por el año de 1994, no ahondaré en los motivos que lo llevaron a formar parte de la secta NXIVM que supuestamente ofrece cursos de auto ayuda y cuyo objetivo es la superación personal ¿Qué chingada ayuda puede necesitar una persona que sencillamente nunca en su vida ha hecho esfuerzo por nada? A lo mejor ese fue el motivo, un día se levantó y se dio cuenta de que la vida le había sonreído tan cabrón, que necesitaba algo de emoción en ella y bumm, se metió en tremendo pedo.

La Secta.

NXIVM pasó de ser un “grupo de autoayuda” a “una secta con esclavas sexuales y abuso infantil” ¡WOOW! ¡Eso escaló muy rápido! Y esto porque en la cabeza del líder, un tal Keith Raniere pesan acusaciones fuertes de eso que dice arriba y más.

Otros medios mucho más serios y respetables se encargarán de cubrir la noticia del juicio y las acusaciones contra Raniere y compañia, nosotros vamos a enfocarnos en lo ridículo e inculpatorio: eres el hijo de Carlos Salinas, literalmente puedes hacerte una alberca de dinero si quisieras, puedes tener ese pony que todos los niños fresas anhelan o ese “lambo” que los mirreyes de verdad mirreyes se pueden permitir, pero no, mejor decides bailarle una coreografía toda pedorra y llena de sonrisas falsas al líder de una secta que abusa de mujeres y niños (entre otras linduras).

No contento con eso; dejas que te graben, que te graben viéndote así:

Sí, ese de la playerita verde (que además indica que se encuentra en el nivel más alto de la organización) y la mirada seductora es el Hijo de Carlos Salinas de Gortari.

¿Sentirá más vergüenza  el hijo del padre o el padre del hijo? Uno de ellos puede argumentar: “por lo menos yo tengo pelo” y el otro responderle “sí, pero a mí mi secta me hizo presidente, no bailarín”.

Pepe Sosa

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