ENCUENTRO CERCANO… DIOS

Una de las entrevistas más raras y difíciles de mi corta pero productiva carrera, pasó exactamente hace seis meses, hoy día es tiempo de revivir esa experiencia y compartirla con ustedes; mis queridos lectores, esa entrevista fue uno de los golpes más duros que he recibido, ya verán por qué, todo comenzó así…

Tuve la osadía de querer burlarme de la iglesia católica mandándole una carta al Papa solicitándole una audiencia con Dios, “yo no quiero hablar con el encargado, quiero hablar con el jefe” le dije, recibí respuesta tres meses después, una sencilla carta en la que sólo había una palabra: “Concedida“, quedé muy sorprendido, habían recibido mi burla de buen humor y además me habían seguido el juego, o al menos eso pensaba, cuando de pronto “¡OUCH!” dolor en el brazo izquierdo… “¡MMGGHH!” dolor en el pecho, estoy teniendo un ataque cardiaco, pero… de pronto el dolor se fue, terminó… me encontraba yo en una sala de espera en donde todo era blanco, pero un blanco luminoso, no el mate de comex ¡Blanco de verdad! Al fondo de dicha sala había una puerta (blanca también) con un picaporte (blanco también… bueno, ya entendieron mi punto) y en la puerta un letrero blanco de letras blancas que decía “Pase Usted” así que procedí a abrir la puerta; lo que tenía ante mis ojos no lo podía creer.

Era un jardín enorme y blanco… un momento; no, no era blanco, era de colores como todos los jardines, supongo que traería ‘lampareados‘ los ojos por la sala anterior, como sea, frote fuertemente mis ojos y vi ante mí una bellísima postal: flores, césped perfectamente cortado, arbustos podados de las formas mas exóticas e increíbles que uno pudiera imaginar, el jardín terminaba en una enorme reja color oro… o de oro, supongo que en el cielo no escatiman con los recursos, después de admirar tan increíble paisaje caminé hacia la reja y me decidí a abrirla, reparé en un cartel que había pegado en ella y decía: “En este hogar somos CATÓLICOS, respete nuestras creencias y sígase de frente.” me llamó mucho la atención y pensé “Esos testigos de Jehová cuanto han crecido!”, estaba a punto de tocar la puerta cuando del otro lado escuche una fuerte voz que me dijo “¡A ver hijo ‘e su pinchi madre! Ni se le ocurra tocar la reja porque la acabo de limpiar” me quedé boquiabierto (literalmente) cuando descubrí de dónde venía la voz… ¡Era San Pedro! un anciano de túnica blanca, cinturón azul y un manojo enorme de llaves colgadas al cinturón, llevaba barba blanca y cabello blanco… o bueno, lo que le quedaba de cabello, es mas calvo que un servidor, atónito le pregunté:




Juan Pérez.- ¿Eres tú, San Pedro?

San Pedro.- ¡No, idiota! ¡Soy “El Cerrajero” de Matrix! pues claro que soy yo ¡Gordo inútil!

JP.- ¡Pero San Pedro! ¿Ese vocabulario es permitido en este sacro lugar? porque si no me equivoco me encuentro en el cielo… ¿Verdad?

SP.- ¡No animal! ¡Estás en el infierno! ¿Qué no ves los tridentes, los demonios y sobretodo el fuego eterno? ¿A ti qué? ¿Te tiró tu mamá de pequeño, o eres ese imbécil que murió de una gripa mal tratada?

JP.- ¿Murió? pero… es que yo… tengo algunos pendiente… pero…

SP.- A ver a ver, deja de chillar y dime tu nombre…

JP.- (al borde del llanto) Me llamo Juan… Juan Pérez.

Me asomo un poco para adentro y alcanzo a ver un escritorio y de ahí San Pedro toma un enorme libro, tipo los libros de visitas de los museos…

SP.- Mmmm… No, tú no estás en la lista ¿Qué es lo último que recuerdas?

JP.- (mas tranquilo al saber que no estaba en ‘la lista‘) Me dolió el brazo izquierdo, después un intenso dolor en el pecho y aparecí en la sala de allá atrás, antes del Jardín.

SP.- ¡Por ahí hubieras empezado, estupidazo! Eres de la otra lista, espérate ahí, y ¡No-toques-la-puerta!

Me asomo de nuevo y trae entre las manos un libro mucho más pequeño.

JP.- (me pongo nervioso de nuevo… ¿Otra lista? ¿Qué está pasando? ¿Cuándo me darán mi aureola? ¿Mis alitas? ¿En dónde estará el baño?) Sí señor.

SP.- A ver, sí, Juan Pérez, manos contra la pared por favor, te voy a ‘cachear’

JP.- Ok… (Dejavú? Hago lo que me dice y lo primero que hace es poner su mano en mis bolas…) ¡Hey hey! ¡Qué le pasa!

SP.- ¡Jajajá! sabía que dirías eso… ¡Humanos! Son tan predecibles, pásale por aquí gordito, te están esperando.

JP.- ¿A mí?… quién me está… (Me interrumpe con un gesto de su mano y me acompaña adentro)

Si el Jardín de afuera era una belleza adentro era todavía mejor, había animales pero no olía mal ni había mierda de animal tirada por todo el lugar, todos parecían estar en perfecta armonía, un León de melena negra acostado a la sombra de un árbol jugueteando con un corderito, una bellísima chica rubia con apenas ropa, jugaba a las escondidas con dos hombres promedio, un político que alcancé a reconocer (calvicie muy marcada, bigotito bien recortado, orejas grandes y puntiagudas, etcétera) recogiendo chicles pegados del suelo, mientras un montón de niños jugueteaban a su alrededor y le decían “¡Chupacaaabras! ¡Chupacaaabras!”, más allá alcancé a ver una gasolinera “10 centavos: tanque lleno” rezaba el cartel, un muchacho de apenas unos 15 años se me acercó y me dijo “Usted es Juan Pérez… Acompáñeme”.

(No fue una pregunta, fue una afirmación) Yo atónito sólo alcancé a decir: “Claro.”

Joven Muchacho.- Y bien señor Pérez ¿Qué le parece el paraíso?

Juan Pérez.- Francamente; lo esperaba, en la tierra hay tantos spoilers que básicamente ya sabía cómo era este lugar, oye muchacho ¿Te puedo hacer una pregunta?

JM.- ¿Otra?

JP.- Bueno… otra. (éste es un sabelotodo)

JM.- Claro que sí señor, diga usted.

JP.- ¿Por qué San Pedro está de tan mal humor? Ahorita ni siquiera se despidió de mí, cuando llegué se limitó a insultarme, burlarse de mí y darme respuestas sarcásticas a todas mis preguntas ¿Es que ha tenido un mal día?

JM.- ‘Piter‘ siente que su labor esta infra-valuada, imagínese usted, que en vida fue uno de los apóstoles más fieles a ‘Junior‘ y lo tienen abriendo la puerta ¿No lo encuentra usted frustrante?

JP.- No lo había pensado de esa forma, no me gustaría saber qué le hicieron a Judas.

JM.- Judas vive bien aquí arriba, salvo en las posadas… ¿Usted sabe no? el Señor lo asigna de piñata para cada posada, le dice “te gusta estar colgado ¿No?” y después suelta una carcajada, pero no se apure hombre, no lo rompemos, solo lo apaleamos un poco para que recuerde sus días de vivo.

JP.- …

JM.- Llegamos, este es el despacho del Señor, espere aquí, alguien saldrá por usted.

JP.- Está bien, muchas gracias muchacho. (Agitando la mano se aleja volando con sus alitas, me agacho un poco y sí… los angelitos no tienen sexo)

Me encuentro afuera del despacho del Señor, voy a ser recibido por Dios y ni siquiera preparé mis preguntas, cuando recibí aquella carta del Vaticano debí tomármela en serio ¡Diablos!… digo… ¡Rayos y centellas!

Noto un letrero muy curioso pegado en la puerta del despacho del señor, dice: “Prohibida toda clase de ambulantaje, mercaderes, cambistas, prestamistas o usureros Judíos”, no puedo más que sonreír al recordar aquel pasaje de la biblia en donde Jesús los expulsaba del templo, se nota que es igualito a su padre.

Secretaria del Señor.- Buenas tardes, pase usted, el Señor lo está esperando.

Abre la puerta y ¡Oh sorpresa! solo hay una sencilla mesa y a cada lado de ésta; una silla, cuatro paredes y nada más.

Juan Pérez.- Señorita ¿Está usted segura de que ‘alguien‘ me está esperando? no veo a nadie, ni siquiera una puerta por la cual… (Me interrumpe con un clásico “¡Shhh!“)

SS.- Sí, estoy segura, siéntese por favor ¿Gusta algo de tomar?

JP.- Agua, por favor.

SS.- Enseguida se la traigo. (cierra la puerta y escucho sus tacones alejarse… un momento… ¿Sus tacones? si veníamos caminando sobre nubes, ¡Éste sí que es un sitio extraño!)

De repente y sin previo aviso se escucha un “¡BUMMM!” en donde antes había una silla en frente de mí, ahora hay un exquisito sillón color vino y sentado en él… Él.

Dios.- Señor Pérez ¿Qué lo trae por acá?

Juan Pérez.- Mmm… srghdk… iiitsss…

Dios.- Tranquilo amigo, sé que mi presencia además de mi entrada (me guiña el ojo) son impresionantes, pero para mí sólo es un truco barato, concéntrese por favor.

JP.- (un poco más repuesto de la primera impresión que si hubiera estado vivo, me causa otro infarto, seguro.) Señor antes que nada… (Me interrumpe)

Dios.- Sí sí… muchas gracias por recibirme bla bla bla, cámbiale al rollo Juanito, estás ante Dios, recuerda que yo sé lo que piensas, lo que ves, lo que sabes… todo.

Jamás en mi vida me sentí tan desnudo… Un momento. No estaba viviendo mi vida. Esto es un capítulo aparte; un pilón si así lo quieren ver, una vez entendido esto regresé con bríos mejorados.

JP.- Tiene razón Señor don Dios, he sido un estúpido al pensar que…

Dios.- ¡Claro! Un estúpido, al grano manito ¿Sabes lo que cuesta mi tiempo? bueno, te voy a decir, cada minuto de mi tiempo cuesta como 12 segundos de publicidad durante el medio tiempo  de un súper tazón ¿Okey? así que rapidito porque tengo junta con los de NBC y después con la gente de Slim ¡Esos cabrones no esperan ni a Dios!

JP.- (¡Al ataque!) ¿Por qué sometió a su único hijo a semejante madriza? porque vi la película de Mel Gibson y…

Dios.- ¡Jajajajá! ¿Todavía crees en los santos reyes, Juanito? Si ahorita te tumbo tres dientes de un derechazo ¿Se los vas a poner a la hada de los dientes?

JP.- No… Al ratón de los dientes.

Dios.- ¡Jajajajá! Eso de la madriza a junior no es tema, por favor aborda algo más… terrenal, más interesante, te doy una entrevista y quieres saber de algo que paso hace dos mil años ¡Por favor! Ya te pareces a Loret de Mola, a ver di “Popocateeepetl!” ¡Jajajá!

JP.- ¡Popocateeepetl!




Dios.- JAJAJAJÁ! ¡Qué no entiendes amigo Pérez! No debes de hacer algo sólo porque YO lo diga, tienes la libertad del pensamiento ¿No? si no quisiera que la ejercieras, te hubiera conectado junto a tus millones de hermanos a una matriz de conciencia… como los Borg ¿Pero lo hice? ¡NO! porque quiero que ustedes tomen sus decisiones, quiero que ustedes sean libres de pensamiento, puedes estar esclavizado a un trabajo, a una esposa, a una vida miserable o a lo que tú quieras, pero siempre tienes libertad de pensamiento ¡Ejércela pequeño!

JP.- (Ahora sí, ¿Al ataque?) ¿Qué significan para usted, Señor, todas esas misas; representaciones, ayunos, oraciones y cosas que la gente de la tierra hace para quedar bien con usted?

Dios.- Ahora sí Juanito, esa me gustó… Mira, esa libertad de la que te he hablado es parte de eso, yo jamás le pedí a nadie que me construyera un templo o que me representara en una figurilla para adorarme, como te podrás dar cuenta soy mas pareció a ti que al estándar de Cristo, es decir, los hice a mi imagen y semejanza filosóficamente hablando, solo libertad y libertad, algún ‘abusado’ vio la oportunidad de negocio en el tema y la tomó, hoy en día es un negocio muy rentable pero no es nada más que eso, un negocio, si quieres hablar conmigo hazlo desde tu corazón… de todas formas ¡no te voy a escuchar!

JP.- Entiendo, y si es así ¿Por qué no le pone un alto?

Dios.- El alto se lo deben de poner ustedes, librepensadores, sé que es difícil tratar de razonar con los religiosos cerrados y duros, yo mismo me he encabronado cuando de repente me asomo y veo todo lo que hacen y dejan de hacer en mi nombre, por eso les mando los Hussein’s, Hitler’s, Lopez Obrador’s, Bush’s y todos esos para que ustedes se unan en contra de algo, pero al parecer la libertad que les dí, venía con un toque de estupidez que no han logrado superar, hasta esos mendigos tienen seguidores.

JP.- Entonces lo que usted quiere, lo que realmente lo va a hacer feliz es ¿Que seamos libres?

Dios.- No Juanito, lo que me haría feliz a mi no es lo que sean, sino lo que dejen de ser, quiero que dejen de ser… Ignorantes, es todo, mira; te voy a poner un ejemplo muy fácil de entender. Si tú naces en un hogar pobre, lleno de ignorancia y libertad, creces en un ambiente similar, sin estudios, sin preparación, sin vocación en la vida ¿Qué vas a terminar siendo?

JP.– ¿Policía?

Dios.- Noup…

JP.- ¿Americanista?

Dios.- No. piénsale un poco más allá, tus dos respuestas estuvieron bien, pero ve más a fondo.

JP.- ¡Ya sé! Un ser humano dedicado a joderle la vida a los demás, un ser humano sin oficio ni beneficio pero que igual tiene que comer, seguramente embarace a alguna tipita que cometa el grave error de hacerme caso y eso se vuelva un círculo vicioso “Necesidad – Circunstancia – Ignorancia – Falta de oportunidad – Necesidad” y así, se repite el ciclo.

Dios.- Muy bien Juan, estás entendiendo. Ahora va la segunda parte del ejemplo, el mismo escenario, pero aquí tú te preocupas por prepararte, asistes a la escuela nocturna, buscas un trabajo que por más duro, pesado y horrible, te dé para salir al paso, te preparas y digamos que terminas la prepa, ya no hablemos de una universidad, la prepa ¿Qué vas a terminar siendo?

JP.- Según la lógica que hace un momento utilicé, terminaría siendo… Algo.

Dios.- EXACTAMENTE, ALGO. Esa era la respuesta que quería oír, vas a terminar siendo algo, alguien, no sólo uno que está en el limbo dentro de la vida, te enredas con la misma tipita, pero ahora ya tienes algo qué ofrecerle, si se embaraza, tu hijo ya tiene un padre que por lo menos va a tener un trabajo digno y honrado y va a ser un buen ejemplo a seguir, no te digo que vayas a terminar siendo millonario, eso no es la felicidad amigo Pérez, pero manejar un taxi, ser mesero, o estacionar autos, son trabajos para gente feliz y gente que cree que es feliz se ha encargado de hacerlos menos, pero créeme, la gente que hace su trabajo con gusto, cualquiera que éste sea, es FELIZ, es LIBRE, sólo deben de abandonar la ignorancia, pero ojo, esto trae consecuencias, no es dejarla así como si fuera un moco que te sacas de la nariz y lo lanzas de un ‘garnuchazo‘, no amigo Pérez, me podrías decir ¿Por qué no es tan fácil?

JP.- (con la boca abierta escuchando al Señor solo alcance a decir) No.

Dios.- ¡Dios! ¿Voy a tener que explicarte todo?… Bueno, cierra la boca y escucha, no es tan fácil porque trae consecuencias, a mas conocimiento más “poder”, esa ilusión de poder por conocimiento está muy supervalorada entre la gente de la tierra, muchos creen que por saber mucho son más que los demás y nada más alejado de la realidad, fíjate por qué lo digo…

Tú estudias toda tu vida para ser un doctor especialista, neurocirujano, por ejemplo, eres una eminencia dentro de uno de los campos más difíciles de la medicina pero… ¡Dolor! ¡Desilusión! camino a tu casa tu auto se avería en el medio de una avenida, quiero ver como tus títulos y años de estudio te sacan de ésta, sales del auto, todos recuerdan a tu señora madre con los cláxons de sus autos, levantas el capó del auto y… No es “tan fácil” como cuando le abres el cráneo a un paciente ¿Cierto? Es otro tipo de mecanismo “muchísimo” más complicado, de pronto viene un hombre con la ropa llena de grasa y te dice: “huy jefe, semejante carrazo y ya lo dejó tirado ¿Me deja echarle un ojo?” tú piensas… “pero hombre solo tiene dos y ¿Le va a echar uno? ¿Está loco?” pero el hombre grasiento solo se asoma y dice “¡Haaaa!” mete la mano a ese complicadísimo mecanismo y te dice “a ver dele marcha” subes a tu auto y MAGIA ¡Arrancó! sacas un billete de $200 y se lo quieres dar al hombre, se ve que lo necesita ¡Mira nada más su ropa! pero el hombre te contesta “Nada jefe, si ni le hice nada, llévelo al taller y que se lo arreglen, hasta luego, acuérdese, hoy por ti, mañana por mí…” ¿Cuánto poder? tus títulos, tu dinero, tu ropa de diseñador, tu auto de novecientos mil pesos y sobre todo tu soberbia y tu arrogancia, han sido aleccionados por un pequeño hombre con la ropa llena de grasa… En esa situación ¿Quién tuvo el poder?

JP.- (creo que cuando a uno le falta el cuerpo es posible que la boca le llegue a la barriga, sobre todo si es tan prominente como la mía, no sé si mi quijada llego hasta ahí, al menos así me sentía) El hombrecito grasiento.

Dios.- Así es hijo, y esa es sólo una de las consecuencias del conocimiento ¿Te imaginas vivir en un mundo de neurocirujanos? ¿Sin la humildad de los hombrecitos llenos de grasa? Es por eso que debemos de ser inteligentes y encontrar el punto medio entre ser preparado y ser humilde, a eso lo bauticé como “sabiduría”, en la que también se involucra la paciencia, la experiencia y otras cualidades que vas adquiriendo a lo largo de la vida.

JP.- Señor, es usted muy sabio, jamás me habían puesto las cosas tan claras, en algún momento de mi vida creí que era imponer mis pensamientos e ideas al mundo, pero estaba tan equivocado, nada pega tan duro como la realidad, de eso están hechos los sueños, las ilusiones, de realidad.

Dios.- No exactamente, pero vas bien encaminado.

JP.- Señor le he quitado mucho tiempo ¿Algún mensaje para la gente de la tierra?

Dios.- A los que quieran oír diles que crean en mí, que no crean en mí, me da igual. Lo único que quiero de ellos es que sean libres e inteligentes, quiero que su meta sea llegar a ser sabios y recuerda, ser sabio no es saberlo todo, no existe tal cosa, ser sabio es encontrar el punto medio entre ser preparado y ser humilde, me gustaría que te acercaras al templo ese que está en el metro hidalgo pero es muy peligroso, esa horda de animales son lo peor que le ha pasado a la tierra y los mafiosos que manejan ese negocio ya recibirán su castigo, tú lo verás.

JP.- ¿Se refiere a los fieles de San Judas?

Dios.- Sí, solo de pensarlo me dan nauseas Juanito. Imagínate esa gentuza le vende a ladrones, secuestradores, vendedores de droga, policías judiciales, maestros de Oaxaca y/o Guerrero, a todos por igual, les vende la idea de “protección” siempre y cuando cada día 28 -extrañamente cerca de la quincena ¿No?- vayan a darles dinero, esa gente se lanza a robar, secuestrar y matar con la seguridad de que no les va a pasar nada y claro… Eso no es así y es ahí cuando las cosas se ponen feas y terminamos recibiendo aquí, gente que no debería de estar aquí, pero eso es material para otra entrevista Juanito.

JP.- Señor pero claro que sí, si usted me recibe yo encantado.

Dios.- Dalo por hecho amigo Pérez, me gustaría que le hicieras caso a tu madre y abrieras ese sitio con el que tanto fantaseas, es una buena idea, y ese podría ser un buen lugar para contar esta historia, mientras tanto es hora de regresar… ¡Hasta otra!

Escucho un ¡PIP! … Estoy todo adolorido… ¡PIP! voces… ¡PIP! ¿En dónde estoy?… ¡PIP! ¿Quienes son ustedes? ¡PIP!… volteo y veo que me encuentro en un cuarto de hospital, un doctor me dice: “Casi no la libra señor Pérez, estuvo usted a centímetros de la muerte” me sonríe, le hago una seña al doctor para que se acerque y le digo al oído: “un hombrecito con la ropa llena de grasa sabe más que usted, jejeje.” y me quedo profundamente dormido.




Es así como termina mi entrevista con Dios, si quieren saber su aspecto no se los diré, quiero guardarme algo para mí de ésta experiencia, ahí les dejo sus sabias palabras, tomen lo que quieran y lo demás deséchenlo, yo sólo soy el humilde portador de un mensaje, de EL mensaje, por hoy es todo, sean felices! prepárense y recuerden que entre todos podemos cambiar el mundo, me lo dijo alguien que sí sabe.

¡He Dicho!

Por Juan Pérez, 19 de Mayo de 2011

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *